11/7/09

El mejor sueño de tu vida (III)

Bajamos la escalera con cara de pocos amigos y más dudas que certezas. ¿Porqué a mí y a ella no? Y claro, estaba en frente de mis narices, Lau era una chica mimada y no querían poner en riesgo su vida, en cambio ya, daba lo mismo, si era mi decisión hacerlo; podía. No tenía sentido, pero esa era la realidad.

Decidimos salir del amiente cálido de la casa, para dirigirnos nuevamente al patio. Ésta vez, la visión era otra. Delante de nuestros ojos había un quincho donde estaban dando una fiesta. El patio que lo anteponía era el de mi casa mezclado con el de la casa de Alan; el quincho, notoriamente, era el de él., pero doblado en tamaño.

Una vez dentro, encontramos lo siguiente: Una barra de madera roble en medio de la habitación, una chimenea a leña que le daba una ambientación perfecta, música, globos por todos lados, mucha gente bailando, un poco descontrolada por la presencia de alcohol. En el fondo se apreciaba una puerta corrediza de vidrio que daba a una pileta gigante con hidromasaje. Me encontré a mi misma saludando a Mono por su cumpleaños. Se ve que era su casa, pero en un quincho ajeno, en una casa desconocida.

Por alguna razón los que no estaban en la fiesta, me refiero a padres, y/o adultos, no debían enterarse que allí había altos grados de alcohol. Hasta que se abre la puerta principal y entran 3 padres: La mamá de Alan, una mujer que desconozco, y el hermano de Diber...

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