pienso, dos veces, doy vueltas. muevo el pie enérgicamente y lo golpeo contra el piso al son de la tapa del celular que se abre y cierra. escribo un mensaje, lo borro, escribo otro, lo borrro. se me fueron las ganas. escribo otro "te iba a preguntar si querías que te acompañe, pero realmente me sacaste las ganas". si se lo mando, no gano nada más que un mensaje vacío, debe ser por el dolor de cabeza. me miento a mi misma, que graciosa que soy, quiero saber porqué me sentí así, pero no se si mandarselo ahora. desde cuando dudo tanto las cosas yo a ver? desde ayer se vienen sumando cartas al maso, qué estará pasando por su pequeña cabecita, probablemente nad ay me de manija sola. nose, debe ser desconfianza.