30/9/09

Y si, pasa. Pasa, pasa y duele.
No es personal, nada que ver, es todo, completa y totalmente ajeno. Pero me pasó; y es horrible.

Cuando ese cariño por el otro es innegable, ocurre algo, por más imbécil que sea, que no te deja seguir adelante.
Cuando las cosas parecen ir viento en popa, una piedrita hace que te tropiezes, te rompas la clavícula y te sangren las rodillas.
Cuando más tenés que alejarte, la Ley de Murffi hace que más la quieras retener.
Mientras más la extrañás, más obsesión se vuelve.
Lo peor sucede, cuando el extrañar pasa a ser necesidad, cuando en los tiempos libres fabulás, cuando te imaginás cómo sería si... cuando eso que imaginaste te lo creés. Cuando te enfrascás en una mentira, cuando empezás a hecharte la culpa por lo que pasó o dejó de pasar.
Cuando terceros se intrometen en la relación, surgen problemas. Más si son conocidos.

Ahí, hay un problema, uno grande; y señores... un clavo no saca a otro. Boul shit!

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