La vida de una abuela

Voy a tener que ir a mendigar una notebook, es así la vida de una abuela solitaria. Que un viernes a la noche se hace la cansada. Y si la abuela prefiere ir a ver Lost, tapada hasta el cuello, con chocolates, panqueques y caramelos, más una dosis de pastillas pateaestómagos que tiene que tomar para sanar su molesta enfermeda.
En este momento a la abuelita le falta la cómoda mecedora , que cambió por una cama de dos plazas y un acolchado bien bien pesado que la proteje del frío, las agujas de tejer, y un nieto al lado que le pida que le cuente cuentos. Como el control remoto se quedó sin pilas, escucha muy atentamente un canal religioso, de esos que te incitan a autoflogelarte a causa de la depresión que transmiten y subliminalmente inculcan en tu mente.

Y aquí concluye la triste pero alocada vida de una abuela de plaza de Mayo, de este Mayo frío y trolo, que solo divisa soledad en el día de hoy.

Qué deprimente que está la abuela che. Dale abu! copate y llamá a tus amiguitas las jubiladas y los jubilados pensionados, que se traigan los vasitos con las prótesis y en vez de pasarnos el cubito nos pasamos el comedor.

Qué joda la de los viejos de hoy!