4/11/08

La cena está servida

Comer si, comer es lo que ahora deseo, comer, comer, comer y no dejar de comer.

Por qué? Porque si, porque es lo mejor del mundo, con la comida tapás tus angustias y toda la mierda esa.
Comer hasta reventar, tengo alma de gorda, y saben que? Se equivocaron de cuerpo.
La comida te hace feliz! Al menos a mi, disfrutar de cada mordizco, de la deglución y llenarte tooda la panza con cosas ricas llenas de grasa que se te acumulan y a la larga (o corta) te llena de celulitis por todos lados y grasa que se te empieza a aflojar del tejido muscular. Ahí es donde parás y decís. Uh la pucha! comí como una vaca, estoy comiendo como una vaca, como como una vaca (y todos tipo de combinaciones que deseen).
Ahí es cuando te mirás al espejo y le decis a tus amigas o a vos misma reflejada "Noooo la puta madre, mirá mis piernas, mirá mi panza"; "Noo! se me cae el culo". Y la frase matadora final "Tengo que empezar el gimasio", o en su defecto "Hoy empiezo la dieta".
Claaaro! son las palabras mágicas para que uno comience a tentarse con cualquier estupidés que pueda ser comestible (o no). Para que te autoexcuses con mas huevadas y terminar NO YENDO a ningún gimasio y alargando la espera de la dieta.
Ahora bien yo me pongo a pensar... antes, la gente cuando tenía 16 años, le pasaba esto que nos atormenta hoy en día a nostras? En serio pregunto... se preocupaban antes de su físico?, porque realmente yo nunca hice demasiado para tener el cuerpo que tengo, realmente le agradezco a la genética por el cuerpo que me dió. Pero y ahora que pasa, la genética no se ocupaba también de mantenerlo en forma, todo en su lugarcito, firme, sin pozos ni flacideses demás?.
Oh sorpresa!, se te cae el mundo. Me encuentro ahora, la menos indicada si me habrán dicho, hablando sobre exceso de comidas en mi cuerpo. Sí, tengo que empezar a mover las cachas porque esto así no va más. Si no me quiero ver con la carne por el suelo, tengo que hacer algo al respecto.
Ah! me olvidaba mencionar las mil y una cremas conocidas y por conocer, me siento una hija de puta que nunca cuidó su cuerpo. Jamás me pasé una crema, más bien, a partir de este año empezé a emplearlas porque te dejaba la piel linda. Pero antes? Puff ni hablar, me parecía una molestia, aún lo sigue siendo y ahí está la problemática... Pa' que sirven?, realmente tienen algún efecto positivo colateral que te suplante eso que se mueve por tejido firme? No! Todo pasa por la mente. Bah! no me vengan con ese cuento, las cremas quizá ayuden un poco pero es todo psicológico. Y hasta un punto, porque por más que comas bien y seas saludable, ese pozo bendito se te hace igual. Es la piel de moco que nos toca tener a las mujeres. Salvo las de tez oscura que ralmente les admiro la piel. Ídolas!
Es lo que nos toca, mucha agua, ensaladita (que por cierto es lo mejor que te puede pasar en al vida), junto con frutas variadas (otra cosa feliz que me pasó en la vida), agregamos a la lista ejercicio y allá vos vieja vida de comida chatarra!
Obvio que no se puede negar que existe esa irresistible atracción hacia lo insano, hacia la comida llena de grasa, como el chocolate o el maldito monopilio del combo perfectamente armado, que por poco te lo envuelven con moño de razo de lo tentador que es. Caramelos, chupetines, todo tipo de dulces, alfajores, helado, siempre convivirán con nosotros y no podremos negar que son parte de nuestra felicidad y nuestro calvario.
Más allá de todo, voy a seguir comiéndolo. Si no es ahora, cuándo?. Mientras el cuerpo no me pida un cambio seguiré comiendo de todo variado, entre chanchadas y saludables, un par de abdominales unas pesas con las botellsa de coca que acabás de comprar en el chino, unas idas y vueltas corriendo al bondi, caminatas hasta llegar a destino, de vez en cuando alguna salida bicicletera a lo de tu abuela, unos escalones, un poco de sexo loco (?) (infaltable en todo tipo de texto relatado por mi persona) y CHAU.

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