Dudas, dudas y más dudas que me atormentan. ¿Y de qué sirve? En realidad de mucho; reflexionás, pensás, buscas nuevas opciones, quizás soluciones.
Es lindo divagar dentro de un millón de ideas revoltosas que te sacuden la cabeza en todo momento.
De algún modo hay que pasar el tiempo no?
Tiempo, quién no deseó alguna vez volver el tiempo atrás, quizás solo por un error mínimo, ahí es cuando te cuestionas ¿por qué hice eso? o ¿por qué lo hice así? No era más fácil y sano para todos tomar otras resoluciones. Puede ser.. todo puede ser. Pero una persona impulsiva como yo, no tiene demasiado tiempo para proyectar lo que realmente desea en todo momento, requiere un ejercicio de mentalización previo, que a veces no poseo. Sí, cuando me lo pongo a pensar diog, mierda. Que manera de equivocarme; hay veces que necesito pedir ayuda, pero nooo!. Autosuficiente es mi segundo nombre. Cabezadura dirán algunos, tal vez, pero soy abierta y acepto todo tipo de consejos, y si me equivoco, aunque cueste, estoy aprendiendo a aceptarlos. Aprendiendo a abrir un poco el afecto que tengo encerrado, necesitando alguien a quién dárselo sin temor a perderlo, a ser juzgada, al miedo...
Miedo, maldito miedo.
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