En el colecivo rigen estas leyes, las del más fuerta las del más apto.
Pero lo mejor que te puede pasar es intentar parar al coelctivo donde no hay parada y que mágicamente se abra la puerta y entres, y ver como el resto corre desaforadamente pero no llega a su destino. Decirle un "Gracias" acalorado entre jadeos y que el señor colectivero te diga: "Es que ustedes chicas me pueden"
Yastá te enamorás de él.
2 comentarios:
en la selva de cemento...el gracias no existe lamentablemente besos.
pero todavía quedan algunos que lo usam como último recurso!
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