Hablando con mi señora madre saqué unos datos interesantes. Digamos que mi lado masculino se llama Santiago; digo, porque me hubiese llamado así si hubiese sido varón. Pero da la casualidad que no, que soy nena y me llamo Valeria. Ahí pregunté -¿Ma, y por qué me llamo Valeria?. - Porque así se iba a llamar mi hermanita. Mirá las cosas que uno se viene a enteraar!
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